Hola a todxs, hoy os traemos un artículo que habla sobre cómo afecta el COVID-19 a los países menos desarrollados. Y es que, queremos crear consciencia sobre lo que se está viviendo en otras partes del mundo. Que sí, que todos seguimos confinados pero os aseguramos que la calidad de vida de las personas, como ya sabéis, depende del lugar en el que vivas y en tiempos de cólera, desconcierto e incertidumbre como es este queremos que sepáis la realidades de otros lugares del globo terráqueo. Por favor, sabemos que somos unos afortunados vamos a hacerlo bien, seamos responsables, cumplamos las indicaciones que se nos dan para que no tengamos que vivir otra vez esta situación. Libertad es significado de responsabilidad, si queremos recuperar nuestras vidas, debemos ser responsables. Esperamos que lo leáis y que cree consciencia con otras realidades muy diferentes a las nuestras. Nos vemos pronto. ¿Cómo afecta la crisis sanitaria a los países subdesarrollados? La evolución del Covid-19 ha volcado la atención internacional sobre los países desarrollados de Europa y Norteamérica pero son pocos los que reparan en lo que sucede (o podría suceder) en el mundo en desarrollo. Las cifras de que se dispone en estos casos son inferiores a las de Europa, es debido a la secuencia de penetración de la pandemia en cada país y a los deficientes sistemas de detección y registro. Pero todo parece indicar que la senda de transmisión es parecida a la seguida en Europa, pero con el efecto multiplicador en este caso de las carencias de que se parte. Debemos, por tanto, abrir los ojos al mayúsculo desafío al que se enfrentan los países más pobres. El efecto de la crisis en los países en desarrollo puede ser especialmente severo, articulándose a través de tres vías complementarias. En primer lugar, a través de las limitadas capacidades de prevención del contagio y de resistencia posterior ante la enfermedad. Con el grueso de la población residiendo en núcleos urbanos superpoblados, en viviendas hacinadas y con dificultades para el acceso al agua potable, los riesgos de contagio entre la población son elevados. Otra vía de impacto se produce a través de la presión sobre unos sistemas sanitarios que son notablemente precarios en buena parte del mundo en desarrollo por lo que si en nuestro caso los hospitales han llegado a la saturación, imaginemos lo que puede suceder en esos países. El impacto sanitario de la crisis se refuerza por su efecto sobre economías que son altamente vulnerable. El impacto sobre el crecimiento en estos países será profundo y los márgenes para enfrentarlo, muy limitados. Todo ello se traduce en menores ingresos para las familias y menores capacidades fiscales de los gobiernos para afrontar la crisis sanitaria. ¿Qué podemos hacer para ayudar a la población más vulnerable que se encuentra en riesgo?
Como siempre, esperamos que estéis, recordad que un día más es un día menos pero para ello debemos ser responsables. Mucha fuerza.
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AUTORASSomos Ángela y María, dos estudiantes de psicología en la facultad de Sevilla. Archives
Mayo 2020
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