Hola a todxs! Para finalizar con buen pie esta semana hemos vuelto con la sección "La voz de Honduras", es decir, os traemos la segunda parte de la entrevista a Esperanza Márquez. Sabíamos que estábais deseosos de conocer qué ocurrirá ahora con el proyecto, cómo funciona, qué hacen... todo esto nos lo explica ella, en primera persona. Así que, se acabó la espera, aquí la tenéis. Una vez más gracias a Esperanza por querer participar.
Pues llegué a honduras, de nuevo, el 5 de marzo de 2020 gracias a una ayuda para estancia postdoctoral de tres meses en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) de la Fundación Carolina y la Secretaria General para Iberoamérica (SEGIB). La planificación gestionada con mi tutora en terreno, Andrea Castillo, era la siguiente y se llevará a cabo si la alarma internacional lo permite:
2. ¿Cómo son las familias de los menores con los que trabajamos en Honduras? Las familias de las dos escuelas en las que se implementó Edúcame Primero Honduras, en el mercado zonal Belén, proceden de hogares desestructurados. Entre sus principales problemáticas se encuentra la violencia, la ausencia de alguno de sus miembros, bien por haber sido asesinado por alguna mara (pandilla), por encontrarse en Támara (la cárcel de Tegucigalpa), por haber migrado a los Estados Unidos junto con las diversas caravanas de migrantes que se han estado organizando en las últimas décadas o por abandono general del hogar, siendo muchos de los menores criados con madres solteras, abuelas/abuelos, tíos o incluso vecinos que se hacen responsable de los menores. Estas familias gestionan su economía basada en la aportación de cada uno de sus miembros. Normalmente son familias grandes formadas por 5 o más miembros. Los hijos e hijas mayores ayudan a criar a los más pequeños, trabajan en el negocio familiar y van a la escuela (si el tiempo se lo permite). Los tipos de negocio en el mercado son: venta de fruta, verdura, bollería, ropa, utensilios básicos o comida preparada. Las familias levantan temprano a sus hijos e hijas para que le ayuden a organizar el negocio o bien para que se queden a cargo de otros hijos o familiares menores. Esta rutina les da sustento para pagar el alquiler de una habitación (donde suele vivir hacinada toda la familia) y para tener dos o tres comidas al día. En el contexto de la escuela del crematorio la situación se dificulta aún más. El trabajo de las familias y los menores está gestionado por las maras (pandillas). Estas coordinan horarios de recogida de basura para reciclaje, gestionan las cantidades, los espacios y las vidas de las personas que allí residen. Los menores observan eso, desde pequeños. Cuando le preguntamos a varios menores qué querían ser de mayores, muchos nos respondieron que “camioneros de basura”. Esto refleja el estatus más alto es su sociedad, son personas que tienen el privilegio de conducir un camión y que no tienen que estar metidas entre cristales, comida, y fuego para encontrar algo valioso de reciclar. Esta situación se ve amortiguada por la presencia de la Escuela Amor, Fe y Esperanza que les dota de espacios educativos, de alimentación y de recursos a bastante población de la zona. El trabajo aquí está en la consistencia de esta ayuda, en la necesidad de sustento de las familias y en las perspectivas de cambio que les ofrece la escuela como alternativa al reciclaje. 3. ¿Cuál es la situación actual en Honduras con la situación de alarma por el Coronavirus? Estamos aquí por , el trabajo infantil , por la infancia en general y por el estudio del funcionamiento de las comunidades, pero nos hemos encontrado un escenario insólito. La alarma mundial ha cerrado, a tiempo, escuelas y universidades hondureñas pero la realidad del país es que, mayoritariamente, salen a la calle a diario para ganarse la comida del día, para toda la familia. A esto se le suma el problema del agua, el desgobierno y la corrupción. El desabastecimiento de agua en estos meses por la sequía y por la deficiente gestión de los recursos, a nivel nacional. En una situación donde el mundo solicita la higiene y el aislamiento, como prioridad, Honduras se encuentra con no poder cumplir “a rajatabla” ninguna de las dos órdenes. La imagen de la diseñadora @naniopina ejemplifica la situación. A pesar de eso, en el barrio donde actualmente me encuentro (Colonia Monterrey, una de las colonias con más historia de violencia, pobreza y escasez de recursos de Tegucigalpa) las personas están concienciadas, no salen a la calle, asumen las pérdidas y se solidarizan con aquellos que más lo necesitan. 4. ¿Dónde me alojo actualmente? Pues me alojo en una residencia de la Asociación Colaboración y esfuerzo (ACOES) con jóvenes procedentes de otros departamentos del país (que vienen becados a estudiar aquí) y con otras personas voluntarias del proyecto ACOES. La intención era complementar el trabajo en Edúcame Primero Honduras y en la Universidad con el conocimiento de los proyectos de ACOES, durante los fines de semana. Cuando decidí disfrutar de mi estancia me interesó hospedarme, esta vez, en un entorno donde disfrutara diariamente de la realidad del país. Cuando llegué el 5 de Marzo me costó habituarme a no tener agua todos los días en la ducha y a aprender a moverme en una colonia no tan tranquila y sin peligros como en la que vivíamos con los voluntarios el pasado año. En 2019 veíamos la realidad del país diariamente al ir a trabajar a las escuelas pero, en estos días, que no puedo salir, veo la realidad desde dentro, nos apoyamos unos a otros, veo la cooperación en el barrio, la solidaridad y el compromiso comunitario. ACOES es una organización social sin precedentes fundada hace 28 años por el padre Patricio Larrosa. Es católica pero acoge a todo tipo de ideologías y creencias. Es una entidad que como ha identificado mi esposo Higinio González, que también me acompaña en esta experiencia: “Esto se asemeja a los Servicios Sociales que cualquier país debería tener”. ACOES atiende a todo tipo de personas desde la infancia hasta la vejez, cada proyecto es gestionado por los mismos beneficiarios, las responsabilidades de cada persona implicada son muy grandes pero el espíritu de cooperación, de compartir y de aprender está vivo y hace que miles de personas del país vivan en condiciones dignas. Debemos aprender de espacios como éste donde tienen cabida alumnos y alumnas universitarias, escolares, familias, profesionales y no profesionales, amas de casa, jardineros y hasta costureros y cocineras. Es toda una gestión social y un programa de cooperación que, a veces, parece algo utópico. 5. ¿Qué va a pasar ahora con la continuidad de las actividades? Pues les escribo a día 18 de Marzo con la intención de dejarlo todo preparado para la vuelta a la normalidad pero cada día nos bombardean con noticias sobre aviones para repatriarnos, extensión de la pandemia, cierre indefinido de escuelas, etc. Así que desde hoy les puedo decir que seguiré trabajando por este proyecto desde casa, desde la colonia Monterrey o desde España. Pero la lucha por el bienestar de la infancia seguirá adelante. Imagen obtenida de la cuenta de Instagram de Naniopina Sin embargo, estaría bien que fuera su voz la que nos contase un poquito de todo esto ¿no? Pues aquí os dejamos dos vídeos, que Esperanza grabó en Honduras haciéndonos un pequeño resumen sobre todo esto, además os dejamos la primera parte de la entrevista para que podáis recordarla y, los que no la conocéis podáis hacerlo.
Hasta aquí nuestra nueva entrada, esperamos que estéis muy bien, queda menos y, haciendo un guiño hacia nuestra Voz, no perdáis la esperanza porque ya queda menos para vernos por las calles y poder abrazarnos. Fuerza. Nos vemos pronto.
1 Comentario
María
5/4/2020 06:05:42 pm
Os deseo mucha fuerza para seguir adelante!!! Un cariño grande
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AUTORASSomos Ángela y María, dos estudiantes de psicología en la facultad de Sevilla. Archives
Mayo 2020
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